Historia del Ecuador
El Ecuador debe su nombre a diversos hechos que a través de los años se
conjugaron para borrar el histórico nombre de Quito.
El
primero de ellos se dio en el año 1736, cuando la Academia de Ciencias de París
envió a Quito la célebre Comisión Geodésica de Francia integrada por los sabios
La Condamine, Bouguer, Godín y Seniergues, entre otros, quienes estuvieron
acompañados por los marinos españoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa. El
propósito de la Misión era el de medir un arco de meridiano terrestre, para lo
cual los científicos vinieron a Quito donde realizaron sus investigaciones.
Como producto de su permanencia en la audiencia, Ulloa y Juan escribieron una
importante reseña que publicaron bajo el título de «Noticias Secretas de
América», en la cual se refirieron a «Las Tierras del Ecuador», - en alusión a
la línea equinoccial que cruza al norte de la ciudad de Quito-, dejando a un
lado el nombre de la Presidencia o Audiencia de Quito.
Años
más tarde y luego del célebre triunfo patriota en la histórica Batalla del
Pichincha, nuevamente se dejó a un lado el nombre de Quito y se volvió a
destacar el de Ecuador. Efectivamente, sólo dos años y un mes después de dicha
batalla, el 25 de junio de 1824 se promulgó la Ley de División Territorial de
Colombia, que fue determinante, en varias formas, a lo relacionado con el
futuro de lo que sería nuestra patria, el Ecuador.
La
ley aludida tiene una gran importancia para la historia ecuatoriana, pues fue
en ella precisamente donde, por primera vez, se mencionó el nombre de Ecuador
como el de un departamento grancolombiano.
La
República del Ecuador surgió como estado independiente el 13 de mayo de 1830,
cuando, a petición del Procurador del Municipio de Quito, Dr. Ramón Miño -y
bajo la poderosa influencia del Gral. Juan José Flores-, el Gral. José María
Sáenz - Prefecto del Departamento del Ecuador - convocó a las corporaciones y a
los notables de la ciudad de Quito a un cabildo para tratar los asuntos
relacionados con la separación del Distrito del Sur de la Gran Colombia. Fue
entonces que, en los salones de la vieja Universidad de Santo Tomás de Aquino,
antes de San Gregorio, «Ciento veinte personajes, los más notables patricios de
la ciudad, incluidos viejos próceres escapados de las mazmorras, así como los
superiores de las comunidades religiosas, suscribieron con enorme alborozo el
acta que vino a ser como la partida de nacimiento del estado ecuatoriano.

Guayaquil
se adhirió el 19 de mayo y Cuenca el 20; y, «Reunidos así los tres grandes
departamentos históricos de la Audiencia, sólo faltaban la Convención
Constituyente y la primera Carta Política. El Congreso fue convocado para el 10
de agosto de 1830 por elecciones parroquiales y departamentales, pero sólo se
reunieron los diputados en Riobamba el 14 de agosto. Presidió la asamblea un
notable jurisconsulto, José Fernández Salvador. Fue su Vicepresidente Nicolás
de Arteta, y sus secretarios Pedro Manuel Quiñones y Pedro José de Arteta.
Resuelto que Juan José Flores fuese Presidente provisorio hasta la expedición
de la Carta Fundamental, en sesión del 11 de septiembre se nombró Presidente de
la República del Ecuador al general Juan José Flores, por diez y nueve votos,
contra uno emitido en favor del lojano Manuel Carrión, voto que es fama que fue
del diputado Salvador. En la sesión del 12, se eligió Vicepresidente a José
Joaquín de Olmedo.
Esta
Primera Constituyente acordó, además, tributar grandes honores al Libertador
Bolívar, que fue proclamado Padre de la Patria y Protector del Sur de Colombia.
La Carta Fundamental de 1830 principiaba así: Art. 1o.- Los Departamentos del
Azuay, Guayas y Quito quedan reunidos entre sí formando un solo cuerpo
independiente con el nombre de Estado del Ecuador... Y al determinar el
territorio nacional, el Art. 6o.- decía: El Territorio del Estado comprende los
tres departamentos del Ecuador en los límites del antiguo Reino de Quito.De esta
manera, por alguna desconocida y todopoderosa razón, las ilustres
personalidades reunidas en esa Primera Constituyente renunciaron de manera
tácita a los territorios que históricamente pertenecieron al antiguo Reino de
Quito o a la Real Audiencia de Quito.
A través de
su historia, los límites de nuestra patria han sufrido importantes y
sustanciales cambios.
Según Cédula
Real del rey Felipe II de España, expedida en Guadalajara (España) el 29 de
agosto de 1563, los territorios de Quito se extendían: Por el norte hasta el
Puerto de Buenaventura (inclusive), y por tierra adentro (actual República de
Colombia), hasta Pasto, Popayán, Cali, Buga, Champachica y Guarchicona; y por
el sur, hasta el puerto de Paita (exclusive), y por tierra adentro (actual
República del Perú), hasta Piura, Cajamarca, Chachapoyas, Moyobamba y
Motilones; incluyendo Jaén Valladolid, Loja, Zamora, Cuenca, La Zarza y
Guayaquil.

El 1 de
octubre de 1777, España y Portugal hicieron una nueva delimitación de sus
colonias en América, y despojaron a la Audiencia de Quito de 140.000 km2 que
fueron entregados a Portugal (Brasil).
El 25 de
junio de 1824, la Ley de División Territorial de Colombia creó el Departamento
del Cauca por medio del cual se le arrebató a Quito los territorios del norte
del río Carchi, dándole por límites el río Caquetá. De esta manera, 81.290 km2
que incluían Buenaventura, Pasto, Cali, Buga y Popayán fueron hábilmente
incorporados a Colombia.
El 11 de
agosto de 1830, la Gran Colombia -de la cual el Ecuador era parte- firmó con el
Perú el Protocolo Pedemonte-Mosquera y le cedió al país del sur los territorios
de la ribera derecha del río Amazonas. En esta oportunidad el Ecuador perdió
181.000 km2.
El 16 de mayo
de 1904 se firmó el Tratado Tobar-Río Branco por medio del cual el Ecuador
cedió al Brasil 60.000 km2.
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